Search



Los momentos de dolor en la vida a todos nos llegan inevitablemente, y llegan por dos razones:

  • Por circunstancias que están fuera de nuestras manos, por ejemplo, una muerte inesperada de un ser querido, una situación económica dificil que este fuera de nuestras manos, un divorcio de nuestros padres, en fin, cualquier tipo de tragedia.
  • Por decisiones que tomamos en las que somos totalmente responsables que nos conducen al dolor.

No importa cual sea la razón el punto es que nuestra fe esta en juego cuando cruzamos por estos momentos si es que no tiene el fundamento correcto. Cuando basamos nuestra fe en una circunstancia, es decir, si nos va bien nos mantenemos sólidos en nuestra fe, pero si hay algo que trae dolor nos detenemos y consideramos abandonar nuestra fe, una fe basada en las circunstancias es totalmente frágil porque las circunstancias pueden cambiar en cualquier momento. Para tener una fe solida en nuestra vida es necesario que este basada en una persona y esa persona es Jesús, aceptando todo lo que viene como parte de la formación de nuestro carácter, Romanos 8:28 dice que “TODAS las cosas nos ayuda para bien” aunque pasemos por experiencias dolorosas, debemos confiar en que Dios ve el cuadro completo de nuestra vida mientras nosotros nos enfocamos solo en lo que estamos pasando, y recordemos que DIOS NUNCA DESPERDICIA UNA PENA EN EL FUTURO. Dios usará en el futuro cada momento de dolor en nuestra vida.